domingo, 15 de noviembre de 2009

Casa tomada


La casa está grande. Yo a veces la camino despacio, le espío los rincones. Hay olor a pintura fresca y voces de cuartos vacíos. Está llena de gente pero no hay nadie. Yo la quería así a la casa. Despejada y hueca. Para subirme yo al reinado de sus paredes. Pero está grande. Y llena. Aunque Eco responda al cierre de las puertas y a mi voz chiquita preguntando por alguien. La quería así. Y ahora le temo. Porque están todos aquí. Pero no hay nadie. No hay la vida saltando por las ventanas mientras el sol averigua. Está grande y vacía la casa. La vestí colorida y tibia. Como la soñaba. Pero cuando me asomo, apenitas, aparecen colgados en mi almohadones. Dormidos en mi cama. Vestidos en mis placares. Leídos en mi biblioteca. Yo me tomo de un trago la resignación. Y me hago pequeña en la habitación de los días. Con la notebook que me habla a los ojos. Tan cerca de la puerta. Donde me salvan los pájaros que discuten las voces de la radio. Y yo me puedo evadir entre las madreselvas cuando vienen por mí.

3 comentarios:

erato dijo...

Está vacía y llena a la vez. Y tus mimos en las paredes, y tu sello en las antesalas...y ese olor a madreselva en el que te pierdes. En tus palabras se recige toda la tristez y ninguna.La sabiduría punzante de quien aprieta la vida. Abrazos de madreselva, Silvana

Maljardin dijo...

Gracias, me diste unos instantes de dicha, qué lindo escribe us.
Saludos

erato dijo...

Silvanaaaaa!!!Eoooooo!!!!!No te habrás ido de nuevo ¿no? Voy a tener que cruzar el charco para ir en tu busca! Abrazo, linda