jueves, 21 de junio de 2007

Revolución


Hay una soledad tan sola
En medio de las medallas y las azucenas
Una soledad tan sola
Que se vuelve
Miles de agujeros en el cuerpo
A veces pasa por este río
Un clavel decapitado
Pasa un cordel
Lenguas tendidas calladas secas como huesos
La revolución es un dedo que apaga el sol
En el pubis de la luna
Estalla un orgasmo universal
Y un centenar de desclasados
Le clava al Dueño de las Cosas
Una rosa por la espalda
El amor es una monja en celo
Una prostituta con los pechos en clausura
Se apretará una vez
El gatillo de la noche
Y caerá la muerte malherida
Para que amanezca.

sábado, 16 de junio de 2007

En el camino


I

El camino no tiene final
Se achica y se clava contra el infinito
Cuando uno dispara los ojos adelante.
El camino es eso
Camino.
No llega, no alcanza, no toca, no abraza
Sólo enlaza y lleva, un segundo, mil años, toda la vida
Sólo enlaza y arrastra
Sólo enlaza y remonta y alza y rueda y sopla desquiciado
Un cuerpo o dos por los arrabales del mundo

II
Yo suelo aferrarme al camino
O a los caminos
Que me atrapan y de un brazo y del otro
De un alma y de la otra
Tiran y fuerzan
Tupamaramente
Hacia el infierno del norte o el infierno del sur
Hasta el desgarro
Como debe ser

III
Yo suelo entregarme a las serpientes
A la araña sagrada
Que me teje la pasión todas las noches
Ellas me aman y me envenenan
Me hacen el amor y me estrangulan
Me abufandan de telas sinuosas
Me asfixian la cintura ofídicamente
Me acarician con lengua partida en dos
Y me traga una boca
Única
Universal
Iniciática
Bruja
Pero que no es araña ni serpiente
Es el pasadizo secreto
Por el que se llega a un corazón
Que traté de descubrir a tientas
Poco antes de la ceguera

miércoles, 13 de junio de 2007

Hoy




Hay que despertar
Fluye la pesadilla
Como un chorro de huesos
Hay muertes solas blancas vacías
Con la vanidad del desterrado
Jazmines amarillos de ojiva nuclear
Que cavan en el mundo heridas eternas
Dientes de cuajo
Que sangran en las vidrieras

Hay que despertar
Del sueño encarnizado
Que aprieta la garganta
Que encadena las piernas
Que arroja al abismo
Llueve pavor sobre los hombros
Empapa el pezón del alba justo a la hora de nacer
Con la perversidad del lobo
Y devora la boca
Con la que había que gritar

Hay que despertar
Por el espejo se desangran
Las ojeras de la mañana

Cosmogonía de esta noche
Filo fatal
en las venas de este día