Desde que murió no pude entrar aquí.
Gorrión de fuego o pájaro sin luz, me quedé afuera.
Buscando a ciegas una piedra donde sentarme, una memoria donde guardar lo que no quiero recordar más.
Nunca fuimos amigos. No pudimos entendernos jamás. Me separaron de él miradas y mundos de otro planeta.
Me reconoció hasta el final, cuando ya había cambiado todos los nombres y olvidado todos los recuerdos. Me sonreía. Creo que me amaba profundamente.
Después me quedé afuera. Buscando la memoria ésa donde esconder todo aquello que hay que olvidar.
El 8 de mayo murió mi viejo.
martes, 10 de junio de 2008
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2 comentarios:
aquí estamos en la rama
habrá que levantar el vuelo
a duras penas
como sea
o te ofrezco los ojos
para leerte cada intento
ánimo
y un fuerte abrazo
Ayssssssssss Silvana. Hoy es más triste leerte. Yo seguiré revoloteando siempre por tus letras y si puedo te regalaré sonrisas azules de sur. Un abrazo larrrrrgo hasta ti.erato
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